Energía Cinética y Ritmo Visual:
La obra irradia movimiento y vitalidad. Las formas y líneas parecen danzar al compás de una melodía invisible. El tamaño generoso amplifica esta sensación, invitando al espectador a sumergirse en el flujo.
Los colores vibrantes, como el rojo, amarillo y azul, evocan la pasión, la alegría y la emoción de la música en vivo. La paleta es un concierto de tonos que se entrelazan y se superponen.
Composición Abstracta:
Las formas son orgánicas y geométricas, creando una armonía visual. Algunas parecen instrumentos musicales, mientras que otras sugieren notas flotantes o partituras desgarradas.
La abstracción permite múltiples interpretaciones. ¿Es un concierto, una sinfonía o una jam session? El espectador se convierte en el director de su propia experiencia.
Textura y Capas:
La superficie revela pinceladas audaces y empastes generosos. La textura es como una partitura en relieve, donde cada trazo lleva consigo la energía del gesto del artista.
Las capas se superponen, creando profundidad y densidad sonora. Es como si estuviéramos dentro de una cámara de eco visual.